La familia es el principal círculo social que una persona puede tener. De acuerdo a una investigación publicada en Psychology Science of Therapy, es fundamental realizar actividades que fomenten la convivencia familiar para lograr un sano desarrollo emocional y cognitivo.

Tener una buena relación con los hermanos y padres, fortalece los vínculos afectivos y mejora la autoestima de cada uno de los miembros de la familia.

 

1. Dediquen tiempo unos a otros. Apoya a tus hermanos y padres en sus actividades, juegos y aficiones.

2. Traten de comer o cenar la mayor parte de la semana. Si tienen agendas complicadas, programen un día para comer juntos.

3. Dediquen un día a la semana a hacer algo como visitar a los abuelos, dar un paseo, caminar, jugar, etc. su imaginación es el límite.

4. Cocinen, limpien, jueguen, duerman, platiquen y rían juntos.

5. Sean espontáneos. Cuando estén juntos disfruten del momento y compartan pequeñas experiencias, pueden improvisar juegos o simplemente ver una película.

6. Dediquen tiempo para platicar. La comunicación es vital para fortalecer los vínculos afectivos de la familia.

7. Celebren sus logros tanto familiares como individuales. Asimismo, motívense mutuamente para lograr metas.

8. Cuando haya problemas, eviten las discusiones y las malas palabras. El respeto es un pilar fundamental para una sana convivencia familiar. Pueden elegir a alguien como mediador.

9. Busquen formas de ayudarse mutuamente, sobre todo si alguien tiene fuertes problemas.

10. Cuando surjan eventos importantes busquen la unión. Está comprobado que al sentir el apoyo familiar, las personas toman decisiones más asertivas.

El amor y la comunicación son la base de cualquier tipo de relación familiar, por ello es importante desarrollar una sana convivencia. De esta forma las personas crecen y viven de una forma más saludable emocionalmente.